Esta receta la improvisé con algunas cosas que había por el frigorífico y, aunque la presentación no es la mejor, estaba bastante rico y es un plato muy sencillo de hacer. En ese momento no disponía de una cazuela de barro, y tuve que hacerlo en una fuente de pyrex, pero si tenéis barro, mucho mejor en él, porque la presentación será muy distinta.
Empezamos cortando en rodajas dos o tres patatas grandes, las freímos, les escurrimos el exceso de aceite y reservamos.
En el fondo de la fuente untamos 4 quesitos (como si lo hiciésemos con mantequilla), encima ponemos las patatas que teníamos reservadas y las salpimentamos. Después incorporamos unos pocos de guisantes y los repartimos bien.
Colocamos encima de todo lo anterior unos huevos (yo eché 3), y por encima de estos unos taquitos de chorizo. Para finalizar salamos un poco los huevos, y ponemos en los huecos que hay entre ellos, unos pedazos de queso en lonchas.
Horneamos a 180º hasta que los huevos estén listos.
¡ Buen provecho !
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