Este plato es bastante sencillo de realizar y sirve para poner como ración, como acompañamiento para alguna carne o pescado o como tapa. Para poder hacerlo sólo necesitaremos aceite, perejil, sal, y por supuesto patatas.
Pelamos las patatas y las echamos a cocer enteras en abundante agua con sal. Una vez estén listas escurrimos el agua y las dejamos enfriar un poco. A continuación las cortaremos en cuadrados y las reservaremos.
En un bol, echamos aceite (las cantidades varía dependiendo de la cantidad de patatas que hagamos, pero ser generosos), añadimos bastante perejil picado y una poca de sal. Removemos y reservamos.
Ponemos una sartén con un chorro de aceite y cuando esté caliente, añadimos las patatas que teníamos picadas, y las doramos con cuidado de que no se nos rompan a fuego alto para que se marquen por fuera pero nos queden blandas en el interior.
Cuando empiezan a tostarse un poco por fuera añadimos 3/4 partes de la mezcla que teníamos en el bol y revolvemos con cuidado un minutito.
Sacamos del fuego las patatas y las emplatamos. A continuación añadimos el resto de la mezcla del bol por encima y espolvoreamos una poca más de sal.
¡ Buen provecho !
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