Esta receta con total seguridad es la más fácil de hacer de cuantas sé, y no hace falta ni usar la cocina. El ingrediente fundamental son los choricitos que venden en cualquier charcutería y alcohol de 96 grados de ese que tenemos en el botiquín para las heridas.
Cuando hice esta receta tenía bastantes dudas sobre como quedaría, y sobretodo sobre el sabor que podía dejar el alcohol a los choricitos, pero después de cocinarlos y probarlos el resultado es sorprenderte ya que no se nota para nada el alcohol y quedan tostados por fuera y blandos por dentro.
Para este plato tenemos que echar los choricitos en algún recipiente que soporte bien el calor y echarles un chorro de alcohol por encima. Le metemos fuego con la ayuda de un mechero (no encender debajo de un extractor de humos) y esperamos a que se apague la llama, ya que en ese momento se habrá consumido el alcohol. Mientras el alcohol se vá consumiendo giraremos con cuidado los choricitos para que se tuesten por todos los lados por igual. Os dejo una foto mientras se están cocinando.
¡ Buen provecho !
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