Esta sencilla salsa la haremos en un momento y con muy pocos ingredientes, y nos puede valer para carnes, para pescados e incluso para ensaladas dejándola templar y haciéndola un poco más suelta. Os la recomiendo especialmente para un salmón a la plancha o un pollo a la brasa, pero es un magnífico acompañamiento si nos gusta el sabor de la mostaza.
La mostaza que utilizaremos será una mostaza a la antigua, que es más suave que la mostaza de Dijon, y tiene una textura granulosa y un sabor más ligero.
Usaremos lo siguiente:
- Un brick pequeño de nata de cocinar
- 1/3 de vaso de vino blanco
- Una cucharada generosa de mostaza a la antigua
El procedimiento es bien simple, ponemos la nata junto al vino en un cazo y calentamos a fuego medio. Dejamos unos minutos que reduzca un poco e incorporamos la mostaza. Removemos para que se integren bien los ingredientes y bajamos un poco el fuego. Dejaremos que vaya reduciendo hasta que quede una salsa densa.
¡ Buen provecho !
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