19 de noviembre de 2011

Pizza en sartén

Esto más que una receta son unos trucos para aquellos que no dispongan de un horno a mano y les apetezca una pizza casera, o para los que queráis probar a hacer una pizza de un modo diferente sin usar el teléfono.

Generalmente para las recetas de masas de pizza aconsejan harina de fuerza, aunque a mí no me gusta ya que lo que buscamos es una masa que podamos moldear y trabajar, y no un bloque. También venden preparados de harina especiales para hacer pizza que son por los que me decanto ya que traen levadura incorporada y la masa se trabaja con facilidad. Estas harinas no son más que haría de trigo y levadura en polvo así que si preferís comprarlo por separado no importa.

La forma de elaborar esta masa es poner 250 gramos de harina en un bol amplio (yo añado orégano a mayores), verter en él 125 ml de agua templada y removerlo un poco. A continuación añadimos 2 cucharadas de aceite de oliva y una pizca de sal y mezclamos todo bien.
En una superficie lisa y con algo de harina para que no se nos pegue, terminamos de amasar con la ayuda de un rodillo o de una botella de cristal lisa y dejamos reposar media hora tapando la masa con un paño.

Una vez tenemos la masa lista la estiramos hasta que tengamos el grosor deseado y la cortamos para que nos quepa en la sartén. A mí personalmente me gusta más como queda si la masa es fina. Para una sartén de tamaño medio podemos utilizar un plato sopero dado la vuelta para conseguir el tamaño adecuado.

Con la cantidad indicada anteriormente deberían de salirnos 2 o 3 bases para pizza. Si nos sobra alguna no hay problema, porque les echamos un poco de harina por encima y las envolvemos en papel film transparente y las guardamos en el congelador para otra ocasión. De hecho si hacemos estas bases con cierta frecuencia recomiendo hacer el doble de masa, y así la próxima vez sólo tenemos que sacar del congelador unos minutos antes y ya tenemos el trabajo hecho, y no ensuciamos tanto. El resultado ha de ser algo parecido a esto:
















Para hacer la pizza en la sartén no usaremos aceite ni nada similar, simplemente calentamos la sartén y ponemos encima la masa. La hacemos un poco por un lado y le damos la vuelta (sobre 3 minutos por lado dependiendo del grosor). Una vez esté hecha por los dos lados bajamos el fuego al mínimo y ponemos sobre la masa tomate, queso y los ingredientes que deseemos. Ponemos en un plato y lista para comer. El calor de la masa hará que se funda perfectamente el queso y que el tomate también coja temperatura.

El único inconveniente que le he encontrado a estas pizzas es que si queremos echarle algún ingrediente que necesite ser cocinado, deberemos hacerlo aparte e incorporarlo encima en vez de cocinarlo conjuntamente.

Os dejo una foto de una de las pizzas que hice yo hoy con jamón cocido, queso de cabra y huevos de codorniz.

¡ Buen provecho !


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